Menos es más

A menudo, David y yo hablamos de cómo tener pocas cosas materiales nos ha simplificado la vida, sobretodo a la hora de mudarnos. Eso me ha llevado a pensar seriamente que el minimalismo es sinónimo de ecología. Una persona minimalista, al consumir menos, usará menos recursos que un comprador compulsivo y un comprador promedio.

Yo tengo la filosofía de que antes de comprar algo es mejor formularse 2 preguntas:
1.
 ¿Qué pasa si no lo compro?
2. ¿Realmente lo necesito?

Para muchos puede sonar un poco extremista (me lo han dicho), pero yo no lo veo así, yo lo veo como una forma de entrenamiento para concientizarnos, aprender a reducir y así convertirnos en consumidores más responsables.

Hay gente que compra cosas no solo por necesitarlas sino porque les parecen lindas, por aprovechar las ofertas o porque está de moda… yo no digo que yo sea una santa, a mi me pasa lo mismo de sentir esas tentaciones, pero me sucede más que todo en jornadas de adopción de animales, David y yo nos decimos mutuamente: “¡vámonos! que sino salimos de acá con varios perros más”. Pero cuando se trata de comprar… ¡uy! ¡me repele! ¡no me gusta comprar! (afortunadamente).

Por el lado contrario, algo que me parece liberador es deshacerme de cosas, cosas que ya no uso, cosas innecesarias… ver cómo se libera espacio y sentir que yo misma me libero de responsabilidad. Así que algo que hago constantemente es ponerme a revisar armarios, gavetas, estantes y veo qué hay que pueda regalar, donar, vender o darle un nuevo uso.

Tener menos posesiones materiales ayuda a mantener la casa más limpia y ordenada, a que fluyan las energías, a tener más espacio y a darte cuenta de las cosas que tienes que realmente te gustan y que necesitas, y por ende, empiezas a usarlas más. Es una forma de quitar estrés y agregar más calidad de vida.

Por eso digo que menos es más: menos posesiones, más calidad de vida. Tener menos bienes materiales te ayuda a apreciar aún más lo que ya tienes y a replantearte lo que realmente necesitas. Te enseña a ser creativo y a darle más de un uso a las cosas. Es una forma de desconectar, o mejor dicho, de conectar… de reconectar contigo mismo y apreciar las pequeñas cosas de la vida.

Menos es más

Llenarse de cachivaches no tiene ninguna utilidad, es perder tiempo, dinero y espacio. Vale más la pena tener objetos útiles de uso cotidiano y necesarios, eso si nos referimos a cosas materiales, pero cuando de gastar el dinero se trata, me parece vale más la pena invertirlo en recuerdos, en experiencias memorables.

El tener menos cosas materiales también es una forma de ayudar al planeta porque implica un menor consumo. Por otro lado, deshacernos de aquello que nos sobra implica que muy posiblemente esos objetos serán reusados, reciclados o de una u otra forma, reaprovechados por otros. En ambos casos estamos hablando de que habría un gran ahorro de recursos y energía, y reducción de residuos.

No digo que yo sea minimalista o ¿quizás si lo soy? lo que si te puedo asegurar es que hago lo posible por no tener cosas innecesarias y por vivir de manera simple. Además de deshacerme de cosas reconozco que también recojo… pero… solo recojo objetos que vaya a utilizar, y las 2 preguntas que me hago a la hora de comprar me las hago también a la hora de recoger.

Y ya por último, pero no menos importante: ¡rechazo! esta es una R que mucha gente encuentra chocante, sobretodo cuando insisten en regalarte algo y tú te niegas a aceptarlo, pero… ¿por qué aceptar algo solo por compromiso cuando realmente no lo quiero o no lo necesito? ¿por que almacenar objetos que no serán usados? Por eso creo que aprender a decir ¡no!, es importante.

Así que si buscas ahorrar dinero, dejar de juntar cachivaches que no usas y ayudar al planeta… ¡este puede ser tu momento de comenzar!

1. Haz una limpieza general y aparta todo aquello que no usas y no necesitas. Dónalo, véndelo o regálalo.
2. No compres cosas innecesarias. Evita caer en tentaciones y plantéate mis 2 preguntas.
3. Aprende a decir ¡no!

Llevar un estilo de vida minimalista tiende a ser más ventajoso para todo nuestro entorno porque consume y contamina menos, además de los beneficios que trae disfrutar de un espacio fácil de mantener y tener más tiempo libre.

Desde mi punto de vista, tener menos resulta hasta relajante y es más económico no solo por el ahorro que representa el no comprar objetos sino por no tener que repararlos cuando se dañan y no tener la “necesidad” de más espacio de almacenamiento. Yo creo que tener menos, es una manera de ayudarme a mi misma y al planeta.

¿Tú qué opinas? Cuéntame, ¿eres minimalista? 

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Formada como Dietista, certificada como Experta en Nutrición a Base de Plantas & Chef. Me inquieta la sostenibilidad y el bienestar del planeta. Tengo la idea de que cambiar el mundo, depende de nosotros.

4 Comments

  1. Olga 19 julio, 2016 at 6:58 AM

    Me encantó este artículo y comparto tu opinion!!

    Reply
    1. MARiANA 22 julio, 2016 at 3:59 PM

      Y a mi me encanta que a ti te encante 🙂 ¡Gracias por pasar!

      Reply
  2. Natalia 25 mayo, 2016 at 1:38 PM

    Hola Mariana,
    Justo este fin de semana le planteaba a mi chico reducir la cantidad de cosas que tenemos en casa. Como un avance al minimalismo, pero con 2 niñas y un perro no es tan fácil, y menos inmediato.
    No nos damos cuenta de la cantidad de cosas que compramos y vamos juntando hasta que de repente ya no entra más en casa. Así que esta semana comenzamos a rechazar lo que no necesitamos, y a eliminar algún objeto de la casa al día.
    Pero tenemos un problema y es que si vale porque lo voy a tirar. (Así que imagínate la cantidad de cosas que por no tirar estamos juntando!) Hemos comenzado a publicar cosas en plataformas de segunamano, para evitar tirar y también donamos o regalamos. Pero que hacer con esas pequeñas cosas que todavía valen… Te pongo un ejemplo bolis comerciales, o mecheros (en casa tenemos como 10 y no fumamos ninguno de los dos!) y así mil cosas.
    Saludos.
    Natalia de Recoge la Bolsa!

    Reply
    1. MARiANA 25 mayo, 2016 at 2:45 PM

      ¡Hola Natalia!, ¡qué gusto leerte! 🙂
      Comenzar siempre es lo más difícil, sobretodo si se tienen muchas cosas. Entiendo perfectamente tu punto y me causa un poquito de gracia y todo (el caso de los encendedores), por eso la importancia de aprender a rechazar y decir ¡no!
      Deshacerse de cosas pequeñas siempre es más complicado y es justo de lo que más tendemos a juntar. No sé si la conoces, pero existe una página que se llama nolotiro.org donde puedes publicar cualquier cosa que quieras regalar. En Reino Unido existe la costumbre de dejar las cosas frente a tu casa, puede ser en cajas, y si alguien pasa y lo necesita pues se lo lleva.
      Con respecto a las cosas que aún tienen valor… yo soy bastante desarraigada y pienso que de nada sirve tener cosas de mucho o poco valor si no se aprovechan, y bajo ese lema he regalado y donado a tiendas de caridad muchas cosas que tenía, pero claro, eso ya es un punto de vista un poco más personal.
      ¡Un abrazo! y suerte 🙂

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