Ya antes había compartido con ustedes algunas recetas de mis quesos veganos favoritos: mozarella, parmesano, camembert, queso para fondue y queso de macadamia; sin embargo seguía teniendo la espinita de hacer un queso no solo rico y nutritivo, sino que además fuera económico y fácil de hacer, así que me di a la tarea de investigar, experimentar y ¿qué creen?… ¡lo logramos!
Aquí les comparto este maravilloso quesito maduro de pipas de girasol, perfecto como sustituto de queso de oveja, pero con muchos más beneficios: es saludable, es baratísimo y lo más importante, ninguna oveja fue dañada para su elaboración.
https://www.youtube.com/watch?v=mVnaEXxMW0Y
Poner a remojar durante una noche, las pipas de girasol.
Enjuagar con agua fresca.
Procesar las pipas con un poco de agua, la suficiente para que la mezcla sea cremosita pero sin exceso de líquidos.
Añadir el polvito de las cápsulas de probióticos, el zumo de limón y volver a procesar.
Pasarla mezcla a una bolsita de leche vegetal o en su defecto, a una tela de muselina.
Dejar en un colador durante 24 HRS. Poner un peso encima para ayudar a drenar el líquido.
Al día siguiente veremos que el quesito soltó mucho líquido eso es perfectamente normal. Pasaremos la mezcla a un recipiente donde agregaremos poco a poco la sal.
Amasar perfectamente para que la sal se distribuya de manera uniforme.
Colocar al fondo de dos recipientes, las hierbas aromáticas (yo utilicé albahaca y romero). Esto le va a dar un toquesito sabroso y único a nuestros quesos.
Partir nuestra masa de quesito en dos y colocarlas en los recipientes. Compactar bien con las manos para que no queden bolsitas de aire (que queden bonitos y planitos).
Poner sobre los quesitos, otra capa de nuestras hierbas aromáticas y compactar para asegurarnos de que las hierbas queden bien adheridas.
En un recipiente hermético, colocar una esterilla de bambú (la que se hace el sushi) y sobre esta, nuestros dos recipientes con los quesitos. Cerramos y a la nevera por 48 HRS.
A los dos días ya podremos darle la vuelta a nuestros quesos, teniendo mucho cuidado porque aún son frágiles.
Al cuarto día nuestros quesos estarán mucho más firmes, así que podremos pasarlos, como si fuesen ruedas, en un plato con más de nuestras hierbas aromáticas, para que por los lados también queden impregnados.
Volvemos a guardar y a refrigerar.
Seguir dando la vuelta cada día a nuestros quesitos hasta que decidamos comerlos. Nosotros lo dejamos reposar 3 semanas. (Entre más tiempo de maduración, más intenso el sabor).
Ingredientes
Instrucciones
Poner a remojar durante una noche, las pipas de girasol.
Enjuagar con agua fresca.
Procesar las pipas con un poco de agua, la suficiente para que la mezcla sea cremosita pero sin exceso de líquidos.
Añadir el polvito de las cápsulas de probióticos, el zumo de limón y volver a procesar.
Pasarla mezcla a una bolsita de leche vegetal o en su defecto, a una tela de muselina.
Dejar en un colador durante 24 HRS. Poner un peso encima para ayudar a drenar el líquido.
Al día siguiente veremos que el quesito soltó mucho líquido eso es perfectamente normal. Pasaremos la mezcla a un recipiente donde agregaremos poco a poco la sal.
Amasar perfectamente para que la sal se distribuya de manera uniforme.
Colocar al fondo de dos recipientes, las hierbas aromáticas (yo utilicé albahaca y romero). Esto le va a dar un toquesito sabroso y único a nuestros quesos.
Partir nuestra masa de quesito en dos y colocarlas en los recipientes. Compactar bien con las manos para que no queden bolsitas de aire (que queden bonitos y planitos).
Poner sobre los quesitos, otra capa de nuestras hierbas aromáticas y compactar para asegurarnos de que las hierbas queden bien adheridas.
En un recipiente hermético, colocar una esterilla de bambú (la que se hace el sushi) y sobre esta, nuestros dos recipientes con los quesitos. Cerramos y a la nevera por 48 HRS.
A los dos días ya podremos darle la vuelta a nuestros quesos, teniendo mucho cuidado porque aún son frágiles.
Al cuarto día nuestros quesos estarán mucho más firmes, así que podremos pasarlos, como si fuesen ruedas, en un plato con más de nuestras hierbas aromáticas, para que por los lados también queden impregnados.
Volvemos a guardar y a refrigerar.
Seguir dando la vuelta cada día a nuestros quesitos hasta que decidamos comerlos. Nosotros lo dejamos reposar 3 semanas. (Entre más tiempo de maduración, más intenso el sabor).
El coste de los dos quesitos fue de solo 2,70€, así que reto conseguido: romper el mito de que comer sabroso, saludable y vegano, es caro.
NOTA: Si eres fan del queso, no te pierdas mi lista de reproducción de quesos veganos y si te animas con esta o cualquier otra receta, no olvides etiquetarme en Instagram @nutririana, me encantaría compartir tus creaciones.
Formada como Dietista, certificada como Experta en Nutrición a Base de Plantas & Chef. Me inquieta la sostenibilidad y el bienestar del planeta. Tengo la idea de que cambiar el mundo, depende de nosotros.
Hola! se ve super rico este quesito.
Quería preguntarte una cosa, podemos saltar el paso del remojo de las semillas si tenemos
un procesador de alta velocidad (tipo Vitamix)?
Muchas gracias por tus fantásticas recetas.
Holaa, ¿cuál o cuáles son las bacterias más importantes en el probiótico? Tengo uno en casa pero solo tiene 3 bacterias: l. acidophilus, b. lactis y l. casei