Coloca en un recipiente el vinagre, el agave y la sal. Mezcla bien hasta que quede todo perfectamente incorporado y la sal se haya disuelto. Reserva.
Corta la cebolla en rodajas muy finitas, tan finitas como puedas y viértelas en un recipiente grande.
Agrega la mezcla anterior y masajea un poco con las manos. Esto ayudará a que la cebolla quede más tierna y a que suelte sus propios jugos a la vez que se mezcla con el resto de sabores.
Guarda en un recipiente de vidrio y consúmela cuando quieras.
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* Los valores % diarios se basan en una dieta de 2,000 calorías y es aproximado. Tu requerimiento puede variar según tus necesidades calóricas.